2008/05/18

Pensar no mata

Un hombre estaba acostado en su cama, en estado terminal, le quedaban pocas horas de vida.
De repente huele el aroma de los tamales recién hechos, calientitos.
Para el no había nada mejor en el mundo que los tamales de su mujer Chepa.
Haciendo un esfuerzo sobrehumano, baja las escaleras y, digiriéndose al comedor, y empieza a percibir el vapor que lleva el aroma a masa de maíz, carne de puerco y de pollo que desde la cocina emanaba.

Llega hasta la mesa de madera donde se encontraban extendidos los suculentos tamales y toma uno, viendo que sus esfuerzos habían valido la pena, cuando, repentinamente, siente un fuerte golpe en la cabeza que merma sus facultades
y lo hace presa de la debilidad en sus piernas.
Tratando de no desplomarse al suelo hace por voltear la vista, alcanza a ver a su mujer con un cucharón de hierro en la mano, diciéndole:

- Ni se te ocurra pendejo, ....! son para tu velorio.

1 comentario:

Unknown dijo...

buenisima historia-chiste o como le llames....es la primera vez que leo tu blog, esperando que sigas escribiendo mas acerca de como es vivir en un pais tan diferente como japon , tomando en cuenta que en mexico somos totalmente todo lo contrario a ellos...